Reseña de La forma del agua, la novela

Érase una vez una princesa silenciosa que conoció a un rey encerrado en un laboratorio oscuro y secreto. Un día decidió que tenía que liberarlo y pidió ayuda a sus amigos.

Esta es la esencia de La forma del agua, novela escrita por Guillermo del Toro y por Daniel Kraus y cuyo lanzamiento ha coincidido con el estreno de la película ganadora de cuatro merecidos Oscar, entre ellos el de mejor película y mejor director.

Pero yo me digo que esta es una historia esperanzadora. ¿O no es preferible un paraíso bajo las aguas a una vida marcada por la pobreza, el incesto y la violencia?

La forma del agua es un cuento de color verde azulado que se desarrolla en Baltimore durante la guerra fría, con reivindicaciones tan tradicionales como contemporáneas.

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Elisa, la princesa, mujer triste, solitaria y muda, trabaja limpiando el centro de investigación aeroespacial Occam en el turno de noche. Sus únicos amigos son Giles, su vecino homosexual (calvo y mayor) y Zelda, su compañera de trabajo (negra y obesa). Al laboratorio llega desde el Amazonas el príncipe, un curioso objeto de estudio: un anfibio con cualidades humanoides que aprende a relacionarse con Elisa por medio del lenguaje de signos y del jazz, un Deus Bränquia que rusos y americanos pretenden estudiar. En este cuento no hay bruja, hay un malvado, Strickland, histriónico militar que intenta ser el paradigma del sueño americano, pero que no pasa de ser un hombre manipulado por el poder y que no sabe lo que quiere y hay otro malvado que se hace bueno, Dimitri Hoffstetler, espía soviético que no duda en traicionar a su gobierno para salvar a la criatura a la que debía destruir.

En la Forma del agua los verdaderos protagonistas son los personajes secundarios, en realidad, hasta los protagonistas son secundarios. La novela nos muestra una sociedad que desprecia a cualquier persona que no pertenezca a los WASP (White anglo-saxon protestants), hombres blancos, jóvenes y triunfadores. Las mujeres, los discapacitados, los homosexuales, los inmigrantes, todas las demás razas, en realidad, cualquier ser diferente, es un ser invisible. Sin embargo, en una civilización gris y verde donde no para de llover, es la gente invisible la que va a pintar de verde azulado el futuro.

En una civilización gris y verde donde no para de llover, es la gente invisible la que va a pintar de verde azulado el futuro. #LaFormaDelAgua, de @RealGDT y @DanielDKraus. @Ediciones_Urano. #Reseña de @almudenatalias Clic para tuitear

Elisa camina encogida intentando no ser vista. Ella no cree que sea importante, sin embargo, según vamos pasando las páginas nos vamos dando cuenta de que el resto de los personajes cambian de vida a su alrededor. Hasta el Deus Bränquia se rinde a su dulzura y a su música. Los malvados sueñan con hacerla gritar, los espías rusos traicionan sus principios y sus amigos no dudan en arriesgar su vida si eso la hace feliz. Quizás sea esta la moraleja del cuento, no sabemos hasta qué punto somos importantes para el resto de la gente, no hay nadie realmente invisible.

En la novela se desarrollan personajes que en la película pasan desapercibidos. Lainie, la mujer de Strickland, tiene un papel importante. Imaginemos una mujer en la América de los años 60, con dos niños pequeños y casada con un militar. Su máxima felicidad consiste en tener una plancha que deje impecables las camisas de su marido. Lainie empieza a cambiar cuando Strickland va en busca de la criatura a la selva y es ella la que tiene que llevar el timón de su vida. El regreso de su marido, tan diferente después de tantos meses en la selva, la obliga a cambiar de ciudad y tiene que empezar de cero en Baltimore. Ahí descubre los autobuses, descubre que no es necesario cardarse el pelo y, que, a veces, puede pensar de manera diferente a la de su marido. La llegada del «objeto de investigación» cambia a todos los personajes, también a Lanie sin llegar a conocerlo.

La edición de Umbriel merece también una mención especial. Las ilustraciones del artista James Jean que incluye la novela acompañan la lectura, ponen cara a los personajes y son una pincelada más de poesía en una historia emotiva pero agridulce.

La forma del agua

Las lustraciones interiores son de James Jean

#LaFormaDelAgua, un delicioso cuento para adultos. Cuidada edición de Umbriel @Ediciones_Urano, con bellísimas ilustraciones de James Jean, @JamesJeanArt, una pincelada más de poesía en una historia emotiva y agridulce. @almudenatalias Clic para tuitear

La forma del agua es pues un delicioso cuento para adultos envuelto en jazz y pasos de claqué. Un cuento de fantasía, espías, dioses milenarios y villanos actuales que deberíais leer antes de ver la película, si aún estáis a tiempo…

La forma del agua

Guillermo del Toro y Daniel Kraus

Umbriel Fantasía

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Reseña de Almudena Natalías