Episodio cuatro de la temporada dos de The Mandalorian, capítulo doce. Una reflexión sin spoilers sobre la serie que recupera la esencia del universo Star Wars, manteniendo su propia independencia con respecto a la saga. Aglaia Berlutti para Revista MoonMagazine.

En este capítulo 12 de #TheMandalorian vamos a ver a viejos conocidos y a disfrutar con el protagonismo de #BabyYoda. No te lo pierdas. Te informa: @Aglaia_Berlutti. #Recap @disneyplus. Clic para tuitear

The Mandalorian: 2×04. Capítulo doce. Un secreto peligroso en medio de la nostalgia

Con su tono adulto y sobrio, The Mandalorian está tomando un cariz que indica que su madurez argumental aumentará ahora que alcanzó la mitad de la temporada. En el capítulo doce  — titulado «El asedio» y dirigido por el actor Carl Weathers —  es evidente que la serie se encamina hacia una ruptura de ritmo, pero en especial, a lo que parece ser el centro de toda la historia que involucra a Moff Gideon, su interés por el Niño y lo que el Imperio planea hacer con el especial y poderoso material genético del pequeño pupilo de Mando. Como si todo lo anterior no fuera suficiente, en medio de una de las secuencias centrales del episodio, la palabra «midiclorianos» sale a relucir, lo que confirma, sin duda, el hecho de que Baby Yoda (y su sensibilidad hacia La Fuerza) será uno de los puntos esenciales de la segunda temporada del programa.

El capítulo doce ha sido también un reencuentro con viejos conocidos: desde la magnífica Cara Dune (Gina Carano), que regresa convertida en el rostro de la ley en la inhóspita Nevarro, hasta Greef Karga (Carl Weathers), que tiene la firme intención de convertir el planeta en un lugar seguro, el argumento tiene todas las características de una historia puente hacia sucesos más importantes, que en esta ocasión se anuncian en pequeños pero importantes trozos de información. El guion continúa analizando los sucesos desde la perspectiva del observador paciente y discreto, pero es notorio que el guionista Jon Favreau plantea cuestiones de considerable importancia en varias de las secuencias. En especial, la demostración fehaciente de que el Imperio sigue manteniendo buena parte de músculo tecnológico, científico y poder de fuego, lo que hace suponer que los acontecimientos que ocurrirán a no tardar, forman parte de una estructura más amplia, complicada y peligrosa de lo que la serie hasta ahora, había planteado de manera directa.

The Mandalorian: 2x04. Capítulo doce. Un secreto peligroso en medio de la nostalgia

También regresa Mythrol, que liberado de su cárcel de carbonita, salda sus cuentas en Nevarro. Nuestro alienígena de piel azul favorito podría ser un alivio cómico adecuado, a no ser que, en realidad, parece tener más secretos a cuestas de lo que podría suponerse o eso sugiere su conocimiento sobre tecnología imperial. Cual sea el caso, es evidente que la presencia de uno de los viejos objetivos de Mando no es casual y se relaciona con la extraña misión de Dune, Karga y el mandaloriano llevarán a cabo: una supuesta base abandonada del Imperio es el único reducto de peligro en un planeta que aspira a la paz, por lo que el grupo se dirige con toda la intención de neutralizar la posible presencia enemiga y, además, tratar de dilucidar por qué la estructura aún representa algún tipo de activo valioso para los restos del sistema totalitario.

Es entonces cuando el capítulo encuentra sus ritmo y mejores momentos: en realidad, el apartado reducto imperial no es una base militar, sino lo que parece ser un laboratorio en funciones en que se llevan a cabo experimentos de de biotecnología cuyo resultados se mantienen en tétricos depósitos líquidos, que el grupo observa sin tener una idea clara a dónde puedan conducir pero que el espectador puede suponer que tienen una directa y peligrosa relación con la intención del Imperio de multiplicar sus filas. La sospecha se hace mucho más directa aún cuando una grabación holográfica del Doctor Pershing (Omid Abtahi) rinde un detallado informe al supuestamente dado por muerto Moff Gideon, en el que explica parte de que ocurre en el laboratorio. Es evidente que El Niño es parte esencial de lo que se planea pero lo que resulta mucho más inquietante, de los planes a gran escala que Gideon tiene entre manos.

El capítulo entero es un juego de información entre líneas, lo que hace que a pesar de las emocionantes persecuciones, haya mucho más en el argumento que un homenaje directo a la estética y la vitalidad de Star Wars. Porque en medio de las batallas aéreas y las demostraciones de pericia como piloto de Mando, hay una advertencia: el Imperio necesita al niño para prosperar y Gideon, no se detendrá hasta obtener «el activo» más importante para sus planes futuros. Algo que el capítulo deja claro en su sorprendente escena final.

#Recap #TheMandalorian: El capítulo 12 es un juego de información entre líneas. Hay mucho más que un homenaje directo a la estética y la vitalidad #StarWars. Y el Niño es pieza clave. @Aglaia_Berlutti. @disneyplus. Clic para tuitear

 

 

 

Un artículo de Aglaia Berlutti

 

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Montaje de portada: David de la Torre

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