Eddie Little (Los Ángeles, 1955-2003) era drogadicto con ocho años. Con doce se fugó de casa huyendo de las palizas de su padre y comenzó una carrera como ladrón. A los quince fue detenido y encerrado en un reformatorio. A partir de ahí su vida es una historia de adicción, violencia, robos, salidas y entradas de prisión, un descenso a los infiernos del lado oscuro de eso que los demás llamamos vida.

Un día más en el paraíso, refleja todo eso, pero no solo eso. Es una novela brutal, tal vez la más brutal que he leído en mucho tiempo. La prosa y el ritmo de Little son sobresalientes. Narra la historia de Bobby Prine (trasunto del propio autor), un delincuente y drogadicto de catorce años que tras recibir una brutal paliza es acogido bajo el ala protectora de Mel, un ladrón profesional que junto a su chica Syd, guiarán a Bobbie y a su novia, Rosie, por un mundo despiadado.

Un día mas en el paraíso de #EddieLittle, @sajalin_ed, es una epopeya de perdedores, de gente que vive en el otro lado, cuyas vidas no podemos ni llegar a imaginar. #reseña @jacksshadows. Clic para tuitear

Un día más en el paraíso contiene una fabulosa colección de personajes secundarios. El propio Mel, Rosie, el reverendo James Cook, el exboxeador homosexual Jewels, Billy Huesos, Nube Negra. Difícil elegir uno. El ritmo es endiablado, una vorágine de acción que Little dosifica con maestría. Narrada en primera persona y en los ojos de Bobbie, la novela es una huida constante, una montaña rusa que nos eleva y nos hunde en cada curva. Tan pronto Bobbie toca el cielo, las drogas y los marrones lo devuelven a una realidad cada vez más lamentable. La adicción a la heroína, la necesidad de dosis cada vez más frecuentes, la combinación de speed o anfetaminas para paliar los bajones del caballo constituyen una constante en la vida de Bobbie. La necesidad de robar para pagarse el hábito controla su existencia y dirige sus actos.

Un día más en el paraíso es una lucha constante en un mundo hostil, una epopeya de perdedores, de marginados, de gente que vive en el otro lado, cuyas vidas no podemos ni llegar a imaginar. De tipos duros que no pueden permitirse ninguna debilidad, en un mundo donde los sentimientos no tienen cabida.

…la idea de que alguien pueda realmente sentir algo tan fuerte por mí, hasta el punto de hacer planes, me resulta tan marciana como la confianza, tan bizarra como el cariño, tan loca como el amor. Anhelo todo eso, pero nunca lo he querido reconocer, sobre todo no me lo he querido reconocer a mí mismo. Siento esas cosas, pero no creo en ellas. En esta vida solo he conocido el sufrimiento y el dolor, gente que se crucifica entre sí en nombre del amor…

Fragmento de Un día más en el paraíso, Eddie Little
La prosa de Little es sorprendente para alguien con sus referentes, el dominio de las escenas de acción es soberbio, los diálogos vibrantes, la trama implacable. Un día en el paraiso, @sajalin_ed, @jacksshadows. Clic para tuitear

El destino de Bobbie, como el de Little, está escrito. La fatalidad es una constante, por mucho que algunos trabajos les hagan creer que lo conseguirán, que lograrán dar el golpe definitivo, ese que les permitirá dejar de ser lo que son. Es el destino de sus personajes, kamikazes sin nada que perder, que ya lo han perdido todo demasiadas veces.

La prosa de Little es sorprendente para alguien con sus referentes, el dominio de las escenas de acción es soberbio, los diálogos vibrantes, la trama implacable. Rezuma nihilismo en cada una de sus páginas, pero más allá de eso, Little sabe transmitir la fragilidad de una historia de amor de dos yonkis adolescentes, sus miedos, sus paranoias, su ternura. Es especialmente tremenda la escena de sexo sadomasoquista entre Bobbie y Rosie, una explicación perfecta del amor entendido por dos niños rotos en su infancia, víctimas de palizas, violaciones, abusos.

Un día más en el paraíso se lee con el corazón en la garganta, con los puños apretados, con la adrenalina bombeando los músculos. Cuando Bobbie recibe, duele, cada vez que se inyecta, nos sentimos abatidos, cada nuevo revés nos azota con la certidumbre de estar leyendo un infierno en vida.

Un día mas en el paraíso se lee con el corazón en la garganta, con los puños apretados, con la adrenalina bombeando los músculos. @jacksshadows reseña la novela de #EddieLittle, @sajalin_ed. Clic para tuitear

Mención especial merece la traducción de Javier Lucini (qué pocas veces somos conscientes de lo importante de una buena traducción), así como la labor editorial de Sajalín, una de las mejores que servidor conoce, con un criterio abrumador en la selección de sus títulos. Un sello que se ha ganado a pulso el equivalente a calidad literaria.

El epílogo de la novela contiene un artículo publicado en el diario L.A. Weekly el 25 de febrero de 1998, titulado también Un día más en el paraíso y escrito por el propio Little. Habla de su vida. Está escrito con el corazón. Y es emocionante.

Un día más en el paraíso es salvaje, brutal, cruel, descarnada y emocionante. Una lectura obligatoria.

Un día más en el paraíso es salvaje, brutal, cruel, descarnada y emocionante. Una lectura obligatoria. Excelente trabajo de @lucini_javier y @sajalin_ed, @jacksshadows. Clic para tuitear

Un día más en el paraíso, de Eddie Little: una novela salvaje, brutal, cruel, descarnada y emocionante

Un día más en el paraíso

Eddie Little

Sajalín Editores

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Reseña de Salva Alemany

Montaje de la portada David De la Torre

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