El beso de Rodin

¿Cuál es el nexo entre el escultor francés y el compositor ruso? Sabemos que ambos artistas fueron denostados e infravalorados en su época, víctima de la envidia y la incomprensión de sus colegas el primero, y de las altas esferas del arte y del poder político, el segundo. El tiempo y la genialidad de sus obras fueron los encargados de restaurarlos en el lugar que merecieron desde el principio. En MoonMagazine les rendimos este pequeño homenaje y descubrimos la relación que los une a través de El Beso, la más sugerente escultura de Auguste Rodin. Auguste Rodin (1840-1917) creó su escultura El Beso para incluirla en el grupo escultórico monumental llamado Las Puertas del Infierno, que en un principio iba a formar parte de un nuevo museo de artes decorativas en París y que, finalmente, no se llegó a construir. Esta escultura está basada en la trágica historia de Francesca Da Rímini, que se enamoró de Paolo, hermano de su marido. La escultura recrea el momento en que los amantes, tras leer la historia de Lanzarote y Ginebra, infieles como ellos, se dan el postrero beso de amor antes de ser asesinados por Giovanni, marido de Francesca.

El beso de Rodin. Auguste Rodin

El beso de Rodin. Auguste Rodin

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Francesca Da Rímini es uno de los personajes del «Infierno» de La Divina Comedia de Dante, símbolo del amor lujurioso y adúltero. Nacida en Rávena (1275) e hija del gobernador de la ciudad del mismo nombre, contrajo matrimonio con Giovanni Malatesta Da Rímini. El matrimonio fue concertado por el padre de Francesca por razones políticas. Cuando  contaba 23 años de edad, se enamoró perdidamente de su cuñado, una historia de pasión con trágico desenlace,  que años más tarde inspiraría al poeta florentino en su Canto V.

El beso de Rodin. Paolo y Francesca

El beso de Rodin. Paolo y Francesca. William Dyce (1845)

Infierno de Dante, Canto V.

Francesca narra su trágica historia de amor.

El amor, que se apodera pronto de los corazones nobles, hizo que este se prendase de aquella hermosa figura que me fue arrebatada del modo que todavía me atormenta.
El amor, que al que es amado obliga a amar, me infundió por este una pasión tan viva que, como ves, aún no me ha abandonado.
El amor nos condujo a una misma muerte.
El sitio de Caín espera al que nos quitó la vida.

Paolo besa a Francesca. Ella tiene en sus manos el libro que narra los “pecaminosos” amores del caballero y la reina.

Réquiem (Lacrimosa) de Mozart y grabados de Gustav Doré.

El beso de Rodin. Francesca y Paolo son asesinados por el marido de Francesca.

El beso de Rodin. Francesca y Paolo son asesinados por el marido de Francesca.

El beso de Rodin. Francesca y Paolo en el infierno.

El beso de Rodin. Francesca y Paolo en el infierno.

«Cuando vi a aquellas almas heridas incliné la cabeza; y tanto tiempo la tuve así, que el poeta me dijo:
“¿En qué piensas?”
“¡Oh infelices! —dije al contestar—.
¡Cuántos dulces pensamientos, cuántos deseos llevaron a estos al doloroso trance!
” Luego me volví a ellos y les dije: “Francesca, tus martirios me hacen derramar lágrimas de tristeza y piedad. Pero dime: en el tiempo de los dulces suspiros, ¿cómo y por qué os permitió el amor que conocieseis los turbios deseos?”
“No hay mayor dolor —me replicó— que acordarse del tiempo feliz en la miseria. Bien lo sabe tu maestro. Pero, si tienes tanto deseo de conocer la primera raíz de nuestro amor, te lo diré mezclando la palabra y el llanto. Leíamos un día, por gusto, cómo el amor hirió a Lanzarote. Estábamos solos y sin cuidados. Nos miramos muchas veces durante aquella lectura, y nuestro rostro palideció; pero fuimos vencidos por un solo pasaje. Cuando leímos que la deseada sonrisa fue interrumpida por el beso del amante, éste, que ya nunca se apartará de mí, me beso temblando en la boca. Galeoto fue el libro y quien lo escribió. Aquel día ya no seguimos leyendo.
Mientras que un espíritu decía esto, el otro lloraba de tal modo que de piedad sentí un desfallecimiento de muerte y caí como los cuerpos muertos caen».

Es Francesca la que habla, el espíritu de su amante permanece en silencio, sufriente.

Su testimonio, lejos de causar rechazo, se hace merecedor de la piedad del poeta.

Es aquí, por tanto, donde hallamos el nexo que une al escultor con el músico ruso, la relación entre la escultura El beso de Rodin y sus protagonistas.

La historia de Francesca Da Rímini inspiró numerosas obras literarias y musicales, entre ellas la fantasía orquestal Francesca Da Rímini de Piotr Illych Tchaikovsky

Piotr Illych Tchaikovsky (1840-1893)

Museo Rodin en Paris.  Fotos de Nerea Amigo