El Capitán Trueno, el defensor de los débiles

A finales de mayo de 1956 ocurrió algo que cambió el rumbo de la literatura popular española: nació El Capitán Trueno.

Ideado por Víctor Mora e ilustrado por Ambrós, la editorial Bruguera puso en circulación un tebeo en formato apaisado con una tirada inicial de 3.000 ejemplares que, poco tiempo después, alcanzaría la cantidad de 300.000 copias semanales.

Ya se habían vivido éxitos importantes con otros títulos como Roberto Alcázar y Pedrín o El Guerrero del Antifaz, pero ninguno tuvo el alcance y la preponderancia de este moderno héroe.

No obstante, los datos de ventas no son lo más importante.

Lo que realmente cuenta de este personaje es su alcance social.

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En el primero capítulo, el Capitán Trueno es presentado como «el jefe de los cruzados españoles». Un hombre osado que desafía en duelo al mismísimo rey Ricardo Corazón de León, que capitanea a las fuerzas cristianas que van a enfrentarse a los sarracenos de Saladino, dispuestos a conquistar Jerusalén.

Así que nos encontramos con un caballero español que lucha junto a los ingleses contra los sarracenos.

Para dejar más clara la premisa, la portada de este primer número, titulada A sangre y fuego, tiene unos colores llamativos formados por unos intensos tonos amarillos y rojos. Inequívoco mensaje.

Trueno lucha contra Ricardo y le vence y este reconoce su fuerza y su nobleza. Patriotismo a raudales. El español gana al inglés.

Una editorial catalana, de izquierdas, un autor y un ilustrador republicanos lanzan a un héroe de corte nacional cuya frase emblemática es ¡Santiago y cierra España!

Editorial catalana y de izquierdas, autores republicanos: #CapitánTrueno, un héroe nacional. Clic para tuitear

En plena fiebre patriótica, en el vigésimo aniversario del Alzamiento Nacional, El Capitán Trueno arrasa en los quioscos y en los locales de alquiler de tebeos y se convierte en un tebeo que vende más ejemplares que las cabeceras de prensa del momento.

Formato barato, a precio muy popular, con un lenguaje claro, sencillo y muy narrativo, desde sus primeras aventuras, El Capitán Trueno se gana el corazón de los jóvenes lectores nacidos después de la Guerra Civil. Una nueva generación de lectores da la bienvenida a un nuevo concepto narrativo.

Pero no será hasta los siguientes capítulos, cuando conquiste el corazón de Sigrid, la rubia vikinga, que se convertirá en una enamorada sumisa, cuando el público se entregará en cuerpo y alma al héroe que demuestra ser amigo de sus amigos, fiel paladín de la justicia, protector del Santo Grial y de otros valores propios de patrióticos caballeros…

El Capitán Trueno enamora y se enamora de una mujer que pertenece a un pueblo de guerreros que se jacta de no tener miedo a nada. Es un valiente que supera a los más valientes.

Nuestro personaje, posiblemente inspirado en El Principe Valiente, creado y dibujado por Hal Foster, no tiene más atributos que los de sus propios valores personales. De hecho, ni tiene una espada, como Val; no tiene linaje; no tiene símbolo, salvo ese escudo de rayas rojas y amarillas que recuerda más a la bandera catalana que a la española; no tiene riquezas… parece más un emigrante que vaga de un país a otro mientras añora una España que se refleja siempre en su frase bandera: ¡Santiago y cierra España!

Pero sea como sea, El Capitán Trueno y sus tres compañeros, el forzudo Goliath, el joven escudero Crispín y la bellísima y aguerrida novia, se colaron en el corazón de los nuevos lectores y supo superar los problemas de censura que, años después, se cebaron en las viñetas, eliminando escotes, suavizando la violencia, disfrazando la realidad, rebajando la fiereza de ciertos monstruos.

El Capitán Trueno sobrevivió a una época dura para la literatura popular y le asiste el enorme mérito de haber sorteado una moral que le vigilaba de forma aviesa y que veía en sus aventuras la sospecha de descubrir de qué lado estaba este héroe, que parecía un caballero de noble origen pero que se empeñaba en luchar contra dictadores, opresores villanos y reyezuelos, siempre a favor de los más débiles y desfavorecidos.

#ElCapitánTrueno, un caballero de noble origen pero que se empeñaba en luchar contra dictadores. Clic para tuitear

El Capitán Trueno, a pesar de su porte de caballero feudal, era un gran defensor de los oprimidos con la gran virtud de haber nacido y vivido en plena dictadura franquista pero que no supo o no pudo soportar la llegada de la democracia.

Artículo e imagen de portada de Santiago García-Clairac

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