Se acerca Halloweeen y en Revista MoonMagazine nos adelantamos —al igual que los supermercados con el turrón— y caldeamos el ambiente con Historias de miedo para contar en la oscuridad.

¿Truco, trato o historias de miedo?

 

Historias de miedo para contar en la oscuridad. ¿Podrías decirnos qué significa ser un monstruo? @Carlos_Eguren nos habla sobre la #película y la serie de #libros ilustrados de Alvin Schwartz y Stephen Gammell. Clic para tuitear

Historias de miedo para contar en la oscuridad

Las historias pueden curar. Las historias pueden dañar.

Stella

Una historia puede hacernos soñar o puede producirnos pesadillas. Sin duda, las historias son poderosas, uno nunca sabe adónde le puede llevar ya sea escribiendo, leyendo o escuchando una. Somos seres que siempre buscamos contar y que nos cuenten; somos seres hechos de historias. Pero ¿por qué nos deleitamos con las historias de horror? Puede que, porque muchas veces nos advierten sobre lo desconocido y, en ocasiones, nos alertan sobre nosotros mismos, nuestros miedos y nuestros prejuicios. Todos hemos sentido el impulso de escuchar, escribir o ver una historia de terror, hemos sentido cómo aceleran nuestro corazón y cómo nos transportan a un viaje único dentro de la psique del ser humano. Nos gusta el miedo. Nos gustan las historias. Somos miedo e historias.

Historias de miedo para contar en la oscuridad

Publicados en los ’80, Historias de miedo para contar en la oscuridad fueron una serie de libros que recogían leyendas, relatos y otros hechos de índole terrorífica, escritos por Alvin Schwartz e ilustrados por Stephen Gammell (más tarde, por Brett Helquist en la reedición por su treinta aniversario). Considerado inapropiado para los jóvenes (ya saben lo peligroso que es tener a alguien que considera qué es lo mejor y qué es lo peor que puede leer una persona), no tardó en convertirse en una obra de culto gracias a relatos como «El punto rojo», «El dedo gordo», «El wendigo»Alrededor de estas historias pivota la película homónima, dirigida por André Øvredal (autor de la fallida —hasta cierto punto— La autopsia de Jane Doe): en Halloween de 1968, un grupo de amigos entra en la casa encantada de los Bellows y se hacen con un libro con historias de terror escritas a sangre que van haciéndose realidad, liberando a siniestros monstruos y protagonizándolas ellos mismos.

Historias de miedo para contar en la oscuridad: Más allá del homenaje

La película parte de una premisa que a algunos les podría parecer un simple producto como la versión cinematográfica de Pesadillas de R. L. Stine o un Stranger Things con relatos sobrenaturales, pero se olvida de la comedia pronto y tiende hacia una seriedad sanguinolenta, que no dulcifica la nostalgia (sino que condena a su tiempo) y que sorprende cuando sus creadores son más partidarios del terror que de quedarse en un Monster Squad.

Puede que la indecisión pese sobre parte del film y confunda a algunos espectadores que no saben si ven una película destinada a un sector del público u otro, pero si usted logra olvidarse de todo esto, incluso de la influencia de Amblin y similares, nos encontramos ante una cinta muy disfrutable, con algunas escenas realmente interesantes, resueltas por un director que utiliza los silencios para causar la inquietud en esta historia sobre monstruos provenientes de la creación literaria y de nuestro propio mundo. Puede que, aunque ciertamente convencional en algunos aspectos, Øvredal logre interesar gracias al control sobre algunos segmentos: no es fácil escapar de lo risible y, por suerte, su película se libra resucitando los fantasmas de Schwartz.

Historias de miedo para contar en la oscuridad: ¿Qué significa ser un monstruo? 1

 

No es de extrañar que, con el aire de historia de amigos que impregna cierta parte del metraje, recordemos a obras de Stephen King o adaptaciones de sus libros como la reciente IT, dirigida por Andy Muschietti, otro director que fue producido por Guillermo del Toro en la época del corto (y después película) Mamá. Por supuesto, más vale ser comparado con Stephen King que con autores mediocres y la mano de Guillermo del Toro se nota para bien en Historias de miedo para contar en la oscuridad.

La mano de Guillermo del Toro (@RealGDT) se nota para bien en #HistoriasDeMiedoParaContarEnLaOscuridad @ScaryStoriesMov, de André Øvredal (@filmtroll). #cine #terror #Halloween #reseña: @Carlos_Eguren. Clic para tuitear

Más allá de los sustos, donde la historia funciona es a la hora de ser un ensayo sobre los miedos comunes, los ficticios y los reales, sin olvidar jugar con la idea de cómo la creación literaria puede concebir monstruos y cómo la lectura o el acto de contar una historia puede cambiar la realidad. Una pena que no se pueda profundizar todavía más en este segundo aspecto, aunque sí se hace en el primero: el miedo a lo diferente, las mentiras, el aspecto físico, la deformidad, la cobardía… Hay pequeños apuntes que hacen que esta película sobresalga sobre proyectos más bien mediocres o facilones como La Llorona, La monja y similares. Comentan muchos expertos que algunos autores de terror clásico (H. P. Lovecraft) son reaccionarios, que hablan del monstruo como un elemento perturbador en un mundo que busca la normalidad, el equilibrio, pero también existen otros autores que lo usan como metáfora del cambio y que comprenden a los monstruos (Guillermo del Toro) o asimilan a los seres terroríficos sin condenarlos (Clive Barker) y es así como el terror se vuelve un género realmente interesante. Esta película también lo es.

La estación de la bruja

Frente a otras cintas de terror donde el reparto solo es materia prima en una carnicería, los actores de Historias de miedo para contar en la oscuridad realizan un trabajo satisfactorio, brillando Zoe Margaret Colleti como Stella, Michael Garza como Ramón y Austin Zajur como Chuck. Más apegados a su mero papel en la función están Austin Abrams como el matón Tommy, Gill Bellows como el oficial de policía, Natalie Ganzhorn como la araña Ruth, Dean Norris de Breaking Bad como el padre de Stella, Roy, y Gabriel Rush como el repelente Auggie. Por suerte, al lograr empatizar con Stella y verla como un eco de la propia Sarah y de parte del público de este tipo de historias, la película no se queda en el simple jump scare por mucho que juegue con ello.

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En cuanto al diseño de producción, es uno de los puntos notables de la propuesta. Se nota la influencia de Guillermo del Toro, quien ha producido la cinta. Algunos de los monstruos parecen salidos de las ilustraciones originales de Gammel, añadiéndose los efectos prácticos que nos recuerdan a El espinazo del diablo y, sobre todo, a La cumbre escarlata. Todas las criaturas, desde el espantapájaros Harold hasta el hombre despedazado, pasando por las arañas, la criatura en busca de su dedo o el monstruo de la sala roja, se convierten en creaciones fantasmagóricas dignas de formar parte del imaginario monstruoso actual.

¿Qué significa ser un monstruo?

La banda sonora de Marco Beltrami y Anna Drubich nos entrega algunas piezas interesantes. Beltrami, no obstante, ya había realizado la música de películas como La mujer de negro. La recuperación del Season of the witch de Donovan al inicio del metraje es perfecta para contextualizar la cinta, aunque para gustos queda la versión realizada por Lana del Rey para los créditos finales.

¿Qué significa ser un monstruo?

Más allá de todas las virtudes comentadas, el mensaje de fondo de la cinta, el que se recalca acertadamente, me parece mucho más interesante: por un lado, tenemos la elección de Nixon como presidente, una figura considerada un monstruo por Vietnam y el Watergate; por otro, está el fantasma de la guerra y la persecución de todos aquellos que son considerados diferentes. Estos miedos son reales, unen la historia de Sarah Bellows con Stella o Ramón y, a la vez, con nuestro mundo actual, haciendo que el subtexto de la película, lejos de envejecer, se sienta todavía vigente en nuestra época.

Dicen que Guillermo del Toro, mientras rodaba Blade 2, le comentó a Weasley Snipes, el protagonista, que él como fan de las historias de terror jamás comprendería al cazador de estos, él se sentía más cercano a los monstruos. Eso ha hecho del cine de Guillermo del Toro una experiencia única, sobre todo en películas como Cronos o El laberinto del fauno. Puede que todos aquellos que nos sentimos más cercanos a los monstruos que a los héroes, nos lo pasemos bien con esta película.

Puede que todos aquellos que nos sentimos más cercanos a los monstruos que a los héroes, nos lo pasemos bien con #HistoriasDeMiedoParaContarEnLaOscuridad, una #película de visionado ineludible en #Halloween. @Carlos_Eguren. Clic para tuitear

Nos gustan las historias. A los personajes de esta película también y pronto comprenden lo que comprendemos todos al final: que cuando todas las luces se apaguen, cuando exhalemos nuestro último suspiro, nosotros también nos convertiremos en una historia. ¿De terror? No lo sabemos, pero puede que valga más que caer en el olvido. Cuando somos relatos, somos inmortales siempre que se cuenten o se recuerden.

Por tanto, rescatando los cuentos de Schwartz y la estética de Gammell, Historias de miedo para contar en la oscuridad se convierte en una auténtica sorpresa en la taquilla veraniega y una película de visionado ineludible en Halloween.

 

 

Crítica de Carlos J. Eguren