En febrero de 1995 nos dejaba Patricia Highsmith en su residencia de Locarno (Suiza), donde pasó los últimos años de su vida.

Americana de nacimiento, con una niñez complicada, a Patricia Highsmith siempre le acompañó una vida personal conflictiva que la marcó en su comportamiento y en su literatura.

Gran parte de su vida y de su obra literaria transcurrió en Europa, donde se encontró más reconocida, escribió con una libertad mayor y le resultó más fácil hallar esa soledad que buscó durante toda su vida.

«Mi imaginación funciona mucho mejor cuando no tengo que hablar con la gente», decía ella misma sin ocultarlo.

Fue una lectora voraz y desde pequeña se interesó por los temas de la culpa, la soledad, la mentira y el crimen. Ellos se convirtieron en los temas centrales de su obra literaria.

«Mi imaginación funciona mucho mejor cuando no tengo que hablar con la gente». Patricia Highsmith, veinticinco años después. Un artículo del escritor @JuanInfante10. Clic para tuitear

Sus novelas eran, en gran parte, un reflejo de su vida y el tratamiento de sus personajes y sus tramas destilaban un pesimismo que no fueron bien acogidos en Estados Unidos. Siempre tuvo una visión depresiva, pesimista y sombría de la realidad.

Para mí, Patricia Highsmith ha sido un genio literario. Posee una capacidad de penetración psicológica impresionante; los personajes, en su mayoría amorales, te atraen y aun reconociendo su maldad, siempre quieres que se libren de la policía y la justicia.

La tensión permanente desde que empiezas una de sus novelas continua hasta el final, no puedes abandonarla y el desasosiego que te inunda no te impide seguir leyendo y comprar su siguiente novela. Estas características hacen de ella una escritora muy original que crea adicción y te mantiene fiel a su obra.

Patricia Highsmith siempre consigue que te invada el desasosiego, lo cual no te impide seguir devorando su obra. Crea adicción y te mantiene fiel a su obra. A 25 años de su desaparición, @JuanInfante10 nos habla sobre ella. Clic para tuitear

La culpa, el crimen y la mentira ejercen tal atracción sobre el lector que a veces le hacen cuestionarse sus propios valores morales: siempre quiere que ganen los malos. El lector disfruta, se compenetra con el protagonista y cuando termina, para él también es un final feliz.

Patricia Highsmith tenía una visión depresiva, pesimista y sombría de la realidad y eso lo transmite a los personajes, a unos protagonistas turbios y ambiguos, cercanos a la psicopatía, que se mueven entre el bien y el mal, para acabar imponiéndose el mal.

La escritora Ana Ballabriga sostiene que la obra de Highsmith está marcada por el pesimismo y la crueldad; el individuo y sus conflictos. Y que se podría pensar que toda persona albergaba un criminal latente.

Su primera novela la escribe en 1950 con 29 años, y es una de sus más conocidas: Extraños en un tren fue llevada al cine por Alfred Hitchcock con adaptación y guion de Raymond Chandler.

Farley Granger y Robert Walker en Extraños en un tren

Farley Granger y Robert Walker en Extraños en un tren

Según nos cuenta Antonio Muñoz Molina, Hitchcock no podía permitirse la audacia de ir tan lejos como Patricia Highsmith. En los años cincuenta en Estados Unidos imperaba cierta censura y sobre todo presiones sobre los productores y todo lo que rodeaba la industria del cine. Aun así, comenta Muñoz Molina, en esta excelente película, la culpa y el miedo están presentes y mantiene una gran similitud con la novela.

Su estancia en Europa, donde  vivió la mayor parte de su vida, inspiró el amoral personaje de Tom Ripley y sus cinco novelas:

  • El talento de Mr. Ripley/A pleno sol.
  • La máscara de Ripley/ Ripley bajo tierra.
  • El juego de Ripley/ El amigo americano.
  • Tras los pasos de Ripley.
  • Ripley en peligro.

Las tres primeras fueron llevadas también al cine.

Patricia Highsmith veinticinco años después 1

Alain Delon en A plein soleil, de René Clément

Ripley es su protagonista más logrado y todo un referente en la novela negra y psicológica. Es un personaje genuino y original que consigue que el lector empatice con él, aunque se dé cuenta de sus perversas intenciones. No crea situaciones de violencia explícita desagradables y va consiguiendo que poco a poco el lector quiera que salve su vida y su libertad.

Dennis Hopper y Bruno Ganz en El amigo americano. Wim Wenders, 1977

Dennis Hopper y Bruno Ganz en El amigo americano. Wim Wenders, 1977

Ripley es un hombre corriente, inteligente, atractivo y en sus relaciones con los demás mantiene siempre una corrección caballerosa. Su retrato psicológico lo acerca a la psicopatía, pero sin alterar demasiado esas cualidades de hombre de fiar. Y aunque los lectores sepan quién es, lo que ha hecho y quizás lo que vaya a hacer, siempre desean que se salga con la suya.

Probablemente este sea uno de los mayores aciertos de Patricia Highsmith. Sus mismas novelas con Ripley u otros personajes derrotados por la ley no se sostendrían y no hubieran generado esa adicción a su obra y ese recuerdo permanente.

Patricia Highsmith veinticinco años después 2

El juego de Ripley, con John Malkovitch. Liliana Cavani, 2002

Ripley es su protagonista más logrado y todo un referente en la #novelanegra y psicológica. Genuino, siempre consigue que el lector, aunque se dé cuenta de sus perversas intenciones, empatice con él. #PatriciaHigsmith @JuanInfante10. Clic para tuitear
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Matt Damon, Jude Law y Gynneth Paltrow en El talento de Mr. Ripley,. Anthony Minghella, 1999

La escritora Laura Balagué lo explicaba y resumía muy bien: «Me encanta y me produce mucho desasosiego».

Por último, indicar que la prosa de Patricia es concisa, directa, pausada… te sabe llevar, te centra en lo esencial. Además, consigue caracterizar —dibuja a sus personajes— con pocas palabras y mucho acierto. Los diálogos son parte esencial de la novela, nunca les sobra nada y ayudan a mantener la tensión sin que te des cuenta.

A Patricia Highsmith hay que leerla, si no se ha hecho, y releerla siempre. Se vuelve a disfrutar, incluso más que la primera vez.

 

A Patricia Highsmith hay que leerla, si no se ha hecho, y releerla siempre. Se vuelve a disfrutar, incluso más que la primera vez. @JuanInfante10. Clic para tuitear

 

 

Juan Infante

Abogado y escritor. Bilbao

 

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