Cuando me ofrecieron reseñar Verbo, supe que Ainhoa M. Retenaga sería la figura central de un debate donde no solo se piensa en la majestuosidad del lenguaje. Su verdad, democrática y tolerante, conjura de manera casi perfecta con una evolución que se hace visible. Lo oportuno de su poesía es que ya no es solo verso, ni alegato, ni acorde, sino más bien, un cúmulo condescendiente de palabras que rebasan el límite de nuestra antojadiza voluntad.

Ella, de frente.

Ella, de espaldas.

Ella, de lado.

Ella, omnipresente.

Yo, a su antojo.

Reseña de Verbo, de Ainhoa Martínez Retenaga

Quiero animaros a conversar a través de vuestra lectura con esta identidad única que reaviva de un solo plumazo cada pretexto. ¿Hablamos de un yo absolutista de fuertes connotaciones personales? ¿Conoceremos en profundidad el aclamado vaivén de Verbo? Sin duda, hasta el más íntimo rincón quedará libre… sin ningún grado de censura.

Prolapso del alma,

desgajamiento,

y mi otro yo,

refocilándose fuera de mí:

al otro lado de mi pertrecho.

Mi otro yo, burlesco,

exultante en su talión,

regocijado en su estuosa vindicta.

Ainhoa nos muestra su aspecto más auténtico en un arte que solo funciona cuando maravilla. Cada poema pertenece a un destierro personal que dibuja con precisión abrumadora el palmoteo breve de una corporeidad tangible. Vocalizar, inventar silencios que nos hablen de cómo un poema puede llegar a ser ejemplo de certeza.

Tu silencio, que llueve

por entre los pliegues de mi cuerpo despiezado,

mi cuerpo que permuta ajeno a mí

embebiendo la infamia de tu carne.

#Verbo, de @Ainhoa_Retenaga: madurez lingüística. Envuelve al lector en una piel real que susurra el porqué del origen y la forma. #poesía #reseña @pilar_moligar Clic para tuitear

No pretendo convertir esta reseña en un ejemplo de bonanza como suele suceder cuando la persona en cuestión es alguien a la que aprecias y admiras. Con las perspectiva que dan los años, he podido comprender, que por alguna razón, esta amante de los libros es capaz de deducir por sí misma la autenticidad y el buen hacer en poesía.

Defiendo que espiritualidad y lírica son dos elementos de difícil acceso. Su sombra favorece este privilegio constructivo que nos empujará como lectores hacia una madurez lingüística. Verbo sabe muy bien cómo no dejar indiferente, cómo envolver al lector en una piel real que susurra el porqué del origen y la forma. Invita a replantearse la seguridad en carne propia, con la misma intensidad con la que los poetas herméticos como Piero Bigongiari, Giorgio Caproni o Attilio Bertolucci asociaban el poder evocador de la palabra con su efecto comunicativo.

Yo me quedo con Verbo, me quedo en la matriz de su postulado lenguaje. En su constante búsqueda, formal, poética y filosófica. En su vivacidad creadora. Después de varias lecturas, me quedo con Ainhoa y ese hambre que no cesa; el hambre de seguir reconociendo su otro yo en un favorable desconcierto.

Esa mujer,

con los ojos llenos de algas,

que desvaída disloca las junturas de mi cráneo impostor

y lo torna antonimia extasiada de un destierro acostumbrado.

Esa mujer, con los ojos llenos de algas,

que macilenta despedaza la quebradura de mis huecos asilados

y los deshonra con la virginidad pornográfica

de sus brazos imprecisos.

 

Yo me quedo con #Verbo. Después de varias lecturas, me quedo con @Ainhoa_Retenaga y ese hambre que no cesa; el hambre de seguir reconociendo su otro yo en un favorable desconcierto. @pilar_moligar Clic para tuitear

verbo

Verbo

Ainhoa Martínez Retenaga

BajAMar Editores, 2017

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Reseña de Pilar Molina García