Exposición sobre William Morris y el movimiento «Arts & Crafts»

La Fundación Juan March en su sede madrileña presenta desde el pasado mes de octubre y ya solo hasta el próximo día 21 de enero de 2018 esta exposición dedicada a William Morris, de la que no puedo por menos que recomendar vivamente su visita.

En sus 62 años de vida (1834–1896) el británico William Morris desarrolló una actividad más propia de un hombre del Renacimiento que de la industrializada Inglaterra. Precisamente son los estragos que esta industrialización estaba causando en el paisaje y el paisanaje de su país los que van a empujarle a reivindicar el apacible modo de vida que, él estimaba, existía en el pasado medieval y renacentista. Imbuido del pensamiento de John Ruskin —a través de quien llegaría a empaparse de las ideas de Karl Marx— Morris todo lo ve desde la óptica del arte. En uno de los textos que a modo de frisos adornan esta muy bien presentada exposición se puede leer lo siguiente: «No quiero arte para unos pocos, de la misma manera que no quiero educación para unos pocos o libertad para unos pocos». Esta frase suya resume muy bien su pensamiento; es una frase que encierra ideas claramente revolucionarias, pues no debemos olvidar que estamos en pleno siglo XIX.

#WilliamMorris: «No quiero arte para unos pocos, de la misma manera que no quiero educación para unos pocos o libertad para unos pocos». #Exposición hasta el 21 de enero en @fundacionmarch, #Madrid. @juancargalan Clic para tuitear

La novedad de William Morris estriba en su reivindicación del trabajo manual, engendrador de placer en quien lo realiza, frente al mecanicismo que se desarrollaba en las cadenas de montaje de las fábricas británicas que además de ser negadoras  de la creatividad del ser humano, lo anulan como individuo al tiempo que inundan de contaminación el medio ambiente de las ciudades donde estas industrias se ubicaban. Frente a este deshumanizante modelo de desarrollo, William Morris reivindica un hombre feliz en un mundo donde el centro sea él viviendo en una casa cuyos aperos domésticos aúnen a la par que utilidad, belleza. Los muebles que diseña, los papeles pintados que crea para decorar las paredes de esas casas, las alfombras, tapices, candelabros, cocinas, comedores, distribución de las dependencias de la casa… Todo, absolutamente todo debe de estar al servicio del hombre que allí vive; y el arte, la belleza de los objetos, redunda en su bienestar y progreso.

Lo anterior es, grosso modo, el pensamiento de Morris, quien para plasmarlo en la realidad creó una Compañía en la que junto a él participaba su íntimo amigo Edward Coley Burne-Jones; juntos en su época de estudiantes habían descubierto la pintura de los prerrafaelitas, en especial la de Dante Gabriel Rossetti con quien Burne-Jones estudió pintura al finalizar sus estudios universitarios. Mientras éste descubría a Rossetti, Morris hacía lo propio con el arquitecto neogótico George Edmund Street en cuyo estudio comenzó a trabajar apenas finalizados sus años de universidad.

William Morris

William Morris & Co

Todo esto estaba sucediendo en la segunda mitad de los años cincuenta del siglo XIX. Tras la decoración de las paredes de una sala de la sociedad de debates Oxford Union con temas tomados de la obra de Thomas Malory, La Morte d’Arthur, y la decoración del interior de la propia casa —la Red House— de Morris y Jane Burden, su mujer, al estilo de un «palacio artístico» medieval, los dos amigos junto a otros artistas más crearon en 1861 la Morris, Marshall, Faulkner & Co.  En el propio Londres esta Compañía abriría tienda en la que se vendían telas bordadas, papeles pintados, vidrieras, azulejos pintados a mano, tejidos estampados… a precios relativamente asequibles que hicieron que no solo recibiesen encargos de clientes y amigos adinerados sino también de un espectro social mayor.

Los asuntos y temas de sus papeles pintados, telas bordadas y tejidos estampados tenían que ver sobre todo con elementos de la naturaleza (aves, flores, hojas, árboles…). También el gusto por el estilo arquitectónico gótico le servirá para decorar muebles domésticos como aparadores, mesas, sillas o escaños. Como se puede leer en otro de los frisos textuales que adornan cada una de las cuatro salas que componen esta exposición:

Si me preguntasen cuál es la producción más importante del arte, contestaría que una casa hermosa.

Un hombre polifacético, un artista integral, un humanista, como era Morris que a partir de 1875 será el único socio de la Compañía creada en 1861 —desde ese año, Morris & Co.—, también centró su interés en  la impresión y edición de libros.  Junto a Burne-Jones diseñó varias tipografías para Kelmscott Press editando las obras de Geoffrey Chaucer además de una cincuentena de libros más; y realizó más de 600 diseños, entre portadas, letras capitulares, orlas y adornos menores.

William Morris

#WilliamMorris: «Si me preguntasen cuál es la producción más importante del arte, contestaría que una casa hermosa». #Exposición hasta el 21 de enero en @fundacionmarch, #Madrid. @juancargalan Clic para tuitear

La exposición se cierra con una sala dedicada a la difusión internacional de los ideales Arts & Crafts (Artes y Oficios) a partir de 1890. Los tejidos diseñados por Morris se vendían en París, Zurich, Barcelona, Berlín… Las Revistas hablaban del diseño británico; había revistas inglesas como The Studio que tenían versiones en francés, alemán y español. El arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright aplicará a sus diseños muchas de las ideas de William Morris. En Austria, el movimiento «La Seccession» (nombre que allí adoptó el movimiento Modernista) prestará atención a la producción artesanal y a los productos hechos a mano. En los países nórdicos se idealizó, en la línea del «Arts & Crafts», la vida rural y doméstica. Por último, también en España, en Barcelona concretamente, el movimiento se deja ver en la decoración con telas diseñadas por el británico Harry Napper de algunas paredes de la Casa Amatller.

William Morris & Co: pronto en Barcelona

De todo lo aquí contado —y mucho más— hay muestra en esta fantástica exposición que aunque finaliza el 21 de enero en Madrid, a partir del 22 de febrero y hasta el 21 de mayo de 2018 se podrá contemplar en el Museu Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona.

Frente al deshumanizante modelo de desarrollo de la revolución industrial, #WilliamMorris reivindica un hombre feliz viviendo en una casa cuyos aperos domésticos aúnen utilidad y belleza. @fundacionmarch, #Madrid. @juancargalan Clic para tuitear

 

 

Un artículo de Juan Carlos Galán