En Memorias inevitables, obra con la que debuta la poeta de origen argentino, aunque radicada en Pamplona, Silvia Marambio-Catán, encontramos registros metafóricos y tramos de muy delicada expresividad, sobre todo en la vertiente reflexiva que brota de la cotidianidad.

Silvia Marambio mira hacia dentro para repasar lo vivido. Su experiencia —incluso la transferida psicológicamente al olvido— se convierte en hilo conductor para un extenso grupo de composiciones. Una introspección acumulativa, obstinada, saca a flote escenas del pasado infantil, hechos aparentemente triviales de aquella plácida vida porteña que arrojan su luz sobre un presente no del todo feliz en su inevitable extrañamiento —este presente pamplonica genera un subgrupo con señaladas características—. La familia («Legado maternal», «Para que nunca mueras»); la respiración doméstica («Jardín y laurel», «En los patios de mi infancia», «Piececitos de plumas», «Rusa»); los paisajes interiores («Para que despierten en mí», «El cielo y mi pueblo», «Cuando estés olvidando»); la inmovilidad de los objetos y su capacidad de angustiar («A ninguna parte», «El huso», «Ellas, las máquinas», y las maletas —en varios y trascendentales poemas—), resultan aquilatadas muestras de crónica trascendida a un humanismo de lo diario, y en donde cabe una lenta y exigente adecuación a la intrahistoria de la autora y, de ahí, por un sensible sistema de memorias comunicantes, a la historia común.

Tantea el recuerdo el oasis de azahares / en el largo pasillo de canicas y triciclos. / Exilio de jazmines y de rosas.

La poeta Silvia Marambio-Catán mira hacia dentro para repasar lo vivido: Tantea el recuerdo el oasis de azahares/en el largo pasillo de canicas y triciclos./Exilio de jazmines y de rosas. #Poesía. #Reseña: Manu López Marañón. Clic para tuitear

Convive en Memorias inevitables, junto a esas mayoritarias composiciones centradas en la experiencia, otro grupo —uno muy curioso– en el que priman las buenas maneras de la ilustrada que ha resultado ser Silvia Marambio, consiguiendo ahora  una «estética intelectualizada» como factor de equilibrio destinado a las obligadas y átonas rutinas. En «El juego debe continuar» las infinitas palabras que caben en el juego del Scrabble acaban convirtiéndose en una metáfora del júbilo. «Permitan disfrazarme de poema» es un homenaje a Jaime Gil de Biedma (el poeta que toda su vida buscó ser poema) donde la autora busca transformarse en poema para dejar a un lado los fríos atributos de una racionalidad que parece dominarlo todo. En «Recuerdos de Vinci» Leonardo enumera, muy borgeanamente, sus motivos para no aburrirse jamás. «Inti eclipsó» muestra los últimos deseos de Tupac Amaru antes de ser despedazado por los caballos del rey. Y, en otra prueba más de esta exaltación intelectual de la poesía, encontramos «Palabras húmedas» donde las palabras y su variedad nos salvan, otra vez, de la monotonía y el rencor. Este sentido dignificante —y, en cierto modo, religioso, del trabajo creador— adquiere en este grupo una aleccionadora probidad.

Fugitivo del aburrimiento, la naturaleza / me ofrendó la brillantez de sus invisibles /  voces, lanzándome al futuro.

#MemoriasInevitables de la poeta Silvia Marambio, un poemario reflexivo a partir de la cotidianidad y una exaltación intelectual de la #poesía. #Reseña de Manu López Marañón. Clic para tuitear

Hay una tercera veta destacable en este poemario de presentación. Se trata de la visión social que la autora sabe desplegar con certera puntería. «Retales de una viajera subterránea» muestra el paisanaje desdichado de ese vagón de metro que lleva a la autora al museo del Prado. En «El paraje» se presenta a dos niños descalzos en un parque, feliz indigencia que tiene fecha de caducidad. Y «Sin rostros ni nombres» homenajea, en tono elegíaco, a trabajadores muertos en la plenitud de sus vidas.

«El precoz invierno vacío de flores / los alcanzó sin anunciarse y / amargos néctares manaron de sus pechos.»

Citamos algún ejemplo de la vibrante poesía amorosa que sazona el texto con sus eróticas apariciones. «Cómplices» «Amantes anónimos» y «El silencio sagrado» valdrán como muestra.

Ceñidos por el arcoíris, / danzan los deseos / en lagos luminosos, / en insomnes espejos.

Estamos, en definitiva, ante una poesía personalísima; de tradición pero sin retornos innecesarios; nueva, fresca. Los poemas de Memorias inevitables conjugan su simplicidad expresiva con una destreza en la composición verbal, produciendo hondas sensaciones de plenitud. De un sencillo brote argumental hace Silvia Marambio un edificio de extraordinarias significaciones. Lo cual no deja de ser, amén de una prueba de maestría verbal, un alarde de síntesis poética.

 

Los #poemas de #MemoriasInevitables de Silvia Marambio conjugan su simplicidad expresiva con una destreza en la composición verbal, produciendo hondas sensaciones de plenitud. #Reseña de Manu López Marañón. Clic para tuitear

 

Memorias inevitables. Silvia Marambio-Catán. Editorial Siníndice (2017)

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