Muelles de la palabra es un poema de Fernando Chelle que da nombre a su cuarto libro, un poemario en torno a la unidad mágica plena de significado: la palabra. La palabra que nos hace libres, la que expresa lo que nace en lo más hondo. La frágil, la poderosa, la palabra que tras el naufragio, renace en todo su esplendor. La que siendo solo palabra, se convierte en uni-verso.
Muelles de la palabra, de Fernando Chelle
Muelles de la palabra La evanescencia de la palabra me salva del mundanal ruido, las hay sentimentales, impresionistas, pintoras, son muelles del verbo eterno que nos roza en la garganta, en los pulmones. El himno gigante sigue anunciando y corre, se ramifica y como siempre se dilata en nuevas sombras. Las páginas brillan, ahora resplandecen y se modifican, pero son páginas, no humo, perfume, sonido o viento. La palabra cabalga sus nuevos corceles, compañeros del poeta que sigue cantando, gritando, viviendo, ahora despojado del métrico corsé y de la rima represora, ahora lejos del mármol y las escalinatas camina por las calles con todo el pecho al viento. La palabra ya no quiere ser el queso de las ratas, quiere estar ahí, inmediata y cotidiana, enamorada de los guantes, las calles, la sopa y las colmenas. Preferí beber tus ismos, zurcirte, engarzarte y presentarte pura, directa y palpitante, con un verbo libre que viaje hacia asideros que lo terminen de nacer, donde habitan mis cómplices, mis hermanos. Fernando Chelle
Las imágenes que acompañan a este poema forman parte de una serie sobre la librería Lello de Oporto realizada por Javier Sánchez Sáez. Un escenario sublime para la riqueza cultural erigida sobre la palabra. Su templo.
De fachada modernista, espectaculares artesonados y techo de vidriera, esta librería ha sido reconocida como la más bella del mundo. La escritora J. K. Rowling se inspiró en la ciudad para escribir su saga sobre Harry Potter. Destinada en Oporto como profesora de inglés, dio forma a varios de los textos sentada en el precioso Café Majestic y fascinada ante la visión de Lello, no dudó en tomar como fuente la histórica librería —construida en 1919— para la creación de la biblioteca de Hogwarts.
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