Pessoa. Todo arte es una forma de literatura

Exposición: Pessoa. Todo arte es una forma de literatura

Hay actualmente en Madrid una serie de exposiciones a cual más interesante. Tres son las que en los últimos treinta días he visto: Fortuny (1838-1874) en el Museo del Prado, que cierra ya el 18 de marzo; Derain / Balthus / Giacometti. Una amistad entre artistas, inaugurada el pasado 1 de febrero y abierta hasta el próximo 6 de mayo en la Fundación Mapfre; y la que vi este pasado fin de semana en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia: Pessoa. Todo arte es una forma de literatura, que abrió el 7 de febrero y puede visitarse hasta el próximo 7 de mayo.

Las tres son magníficas muestras y cada una de ellas bien justifica el desplazamiento hasta la capital para deleitarse en su contemplación. Pero si os he de ser sinceros (¡y lo he de ser, naturalmente!) a mí la que más me llamaba desde el principio era la que, paradójicamente, he visto en último lugar. Ya solo su título me atraía vivamente pues prometía ser una mezcla de pintura y literatura. Gustándome como me gusta la literatura no paraba de preguntarme cómo los comisarios de la exposición, Ana Ara y João Fernandes, habrían sabido integrar ambas manifestaciones artísticas. Esto y mi  desconocimiento imperdonable del ambiente cultural del Portugal de Fernando Pessoa (1888- 1935) me empujaron en un fin de semana pasado por agua al MNCA Reina Sofía. Es de esta exposición de la que voy a dar mis impresiones.

Antes de escribir esta reseña hago lo que no hice durante la visita: examino el folleto de mano que entregan en el momento de adquirir la entrada. Lo leo y no dejo de sorprenderme por la excelente información que encierra en él. Visto su contenido me pregunto si algo más podría yo añadir a la magnífica explicación que allí aparece. Decido que voy a dejar de lado toda la teoría –importantísimo conocerla— sobre las vanguardias artísticas portuguesas de principios del siglo XX (paulismo, interseccionismo, sensacionismo…), así como los nombres de los artistas (Antonio Carneiro, Amadeo Souza-Cardoso, José de Almada-Negreiros, Julio dos Reis Pereira, Jorge Barrada, Sarah Affonso y muchos otros más) cuyas obras cuelgan en las paredes de las distintos secciones en que cronológicamente y por movimientos  la exposición está organizada.

Sousa Cardoso

Personalmente a mí lo que más me ha interesado de la visita ha sido comprobar cómo el escritor portugués se carteaba con no pocos autores españoles del momento. En especial me ha emocionado leer las sentidas muestras de afecto mutuo que Fernando Pessoa y Miguel de Unamuno se expresaban por carta. También y como no podía ser de otro modo me ha quedado clara la importante presencia que Ramón Gómez de la Serna, nuestro vanguardista español más primigenio, creador de vanguardias, cultivador de las mismas y una auténtica vanguardia él mismo, tenía en la consideración del propio Pessoa quien como él, fue creador de vanguardias, exégeta cultivador de las mismas, y una vanguardia personal también él mismo.

Mis conocimientos sobre Fernando Pessoa se reducían antes de ver esta exposición a su obra Libro del desasosiego firmado por su heterónimo Bernardo Soares que hace ya una pila de años sacó en edición popular (o sea, en fea presentación y basto papel) la editorial Seix Barral. La obra, traducida por el magnífico poeta español Angel Crespo, está constituida por una serie de frases, aforismos y reflexiones de distinta extensión sobre una gran disparidad de cosas. En su momento la leí al hojeo y siempre la profundidad de los pensamientos allí contenidos me ha acompañado.

De Bernardo Soares no hay texto alguno en la muestra. Los comisarios de la misma han reducido el universo de los casi 100 heterónimos de Pessoa a solo tres, los más conocidos: Alvaro de Campos, su maestro Alberto Caeiro y Ricardo Reis. De los tres es Álvaro de Campos quien se lleva la palma con textos alusivos a artistas coetáneos y a movimientos esteticistas portugueses de vanguardia. A propósito de las tres principales vanguardias lusitanas,  Pessoa, en textos colgados en las salas dedicadas a cada una de ellas, aclara que el paulismo no le interesa lo más mínimo; sobre el interseccionismo, hace una aclaración sobre los 4 posibles grados de la misma; y es el sensacionismo la vanguardia sobre la que más se explaya señalando que «la base de todo arte es la sensación», luego viene la «conciencia estética de esa sensación», y por último, «la conciencia de esa conciencia de la sensación de donde resulta […] el poder de expresión».

Teixeira de Pascoaes

Pessoa habla de sí con ironía

Es precisamente en lo afirmado por el heterónimo Alvaro de Campos en el número homenaje que la revista Presença dedicó a Pessoa con motivo de su muerte donde se encuentra la razón del título de esta exposición. Del texto que se muestra en una de las últimas salas extraigo el siguiente fragmento:

Todo arte es una forma de literatura, porque todo arte consiste en decir algo. Hay dos formas de expresar —hablar y callarse—. Todas las artes salvo la literatura son proyecciones de un silencio expresivo. En todas las artes que no sean la literatura hay que buscar la frase silenciosa que contienen, o el poema, o la novela, o la obra teatral.

Muy interesante y derribador de mitos y absurdos desdenes mutuos me ha supuesto ver cómo las relaciones entre los creadores ibéricos durante esas tres primeras décadas del siglo XX eran fluidas. Muchos artistas plásticos portugueses colaboraron en el diseño de decorados para representaciones teatrales como el que José Almada Negreiros realizó para la obra Los medios seres de Ramón. También Almada Negreiros y otros artistas lusos participaron activamente en la confección de portadas de publicaciones teatrales e incluso en las decoraciones interiores del desaparecido cine madrileño San Carlos. De todo ello se da testimonio gráfico en la exposición.

Oro molido de Federico Oliver (dibujos de Almada Negreiros)

Esta sana corriente de comunicación artística me hizo reflexionar sobre la inoportunidad del advenimiento de las dictaduras políticas a cada uno de los dos países ibéricos. Primero fue Portugal a cuya jefatura de gobierno en 1932 llega António de Oliveira Salazar; y luego España donde en 1936 el militar Francisco Franco Bahamonde da un golpe de estado que desata la Guerra Civil, al final de la cual se establece un régimen dictatorial y represor. ¿Qué habría ocurrido en el panorama artístico tan avanzado que existía en ambas naciones si estos políticos no hubiesen dado al traste con la libertad necesaria para la creación? Pero de nada vale lamentarse ya.

Volviendo a la muestra hay que decir que además de los excelentes cuadros de pintores y de los textos de Pessoa que ornan los muros de las salas, en las vitrinas de expositores que hay en las mismas se pueden contemplar ejemplares originales de revistas vanguardistas fundadas por el propio autor como es el caso de los dos números de Orpheu o de títulos en los que colaboraba asiduamente como A Águia,  K4 O Quadrado Azul, Portugal Futurista, Presença, etc.  que actuaron como caja de resonancia de sus ideas de vanguardia.

Revista Orpheu

Para finalizar solo añadir que la exposición, organizada por el MNCA Reina Sofia en colaboración con el Ministerio de Cultura portugués, está patrocinada por la Fundación EDP dependiente del grupo EDP que se dedica a la producción, distribuición y comercialización de electricidad, gas y servicios en diversas regiones españolas (Asturias, Cantabria, Murcia y País Vasco) y por la portuguesa Fundação Calouste Gulbenkian.

Video de la Fundación EDP sobre la Exposición:

En el video de la fundación EDP  se da cumplida cuenta de las autoridades portuguesas (Primer Ministro António Costa, Ministro de Cultura, Embajador en España…) que acudieron junto al ministro de Cultura español y autoridades del Museo a la inauguración de tan importante exposición para el conocimiento del mundo del arte en general y en especial de estos dos países que comparten la Península Ibérica y que penosamente han (hemos) vivido durante muchos años de espaldas el uno del otro (los unos de los otros).

Como complemento a la magnífica muestra se ha desarrollado en el auditorio del edificio Sabatini del propio MNCA el Programa Pessoa: historia breve del arte moderno consistente en un ciclo de encuentros concretado en tres sesiones para examinar las aportaciones pessoanas a la comprensión del arte moderno. La primera sesión, Ismos distintos. Pessoa y las vanguardias; la segunda sesión, titulada Plural como el universo. Pessoa y los heterónimos; y la tercera y última, El libro como mundo, que aborda la especificidad del libro como artefacto para la creación de otros mundos posibles. Las dos primeras se celebraron los días 7 de febrero y 7 de marzo respectivamente, y la última tendrá lugar el próximo 4 de abril.

Vídeo en el que el Comisario de la Exposición y el propio director del Museo explican el porqué de esta exposición:

Reseña de Juan Carlos Galán