El escritor pontevedrés Manel Loureiro (1975) acaba de publicar La Puerta (Planeta). Un thriller ambientado en la legendaria y misteriosa Galicia profunda. Ha trabajado como presentador en la Televisión de Galicia y como guionista de diversos proyectos. En la actualidad colabora en los periódicos La Voz de Galicia y El Mundo así como en la Cadena Ser y Onda Cero. Es uno de los pocos autores españoles contemporáneos que ha conseguido situar sus libros en la lista de los más vendidos de Estados Unidos. Su primera novela, Apocalipsis Z, se transformó en poco tiempo en un fenómeno viral en internet. Fue publicada en 2007, convirtiéndose también en un best seller. Sus siguientes obras, Los días oscuros, La ira de los justos, El último pasajero o Fulgor y Veinte, también han sido un éxito de ventas. Me concede esta entrevista a las puertas de las Navidades y fin de año, así que os animamos a leerla y a acercaros a las librerías. Adelante y Feliz 2021.

Manel Loureiro: Por formación y por espíritu tengo una mentalidad cartesiana

Manel Loureiro junto a La Puerta. Fotografía de Ricardo Pérez

Ginés Vera: —Galicia está muy presente en La Puerta. Una obviedad, pues la trama se desarrolla en las inmediaciones del monte Seixo, en Pontevedra. Precisamente quería preguntarle por los escenarios, por la ciudad de Pontevedra. Algunas novelas del género han dejado huella en la ciudad novelada, como la Barcelona de Manuel Vázquez Montalbán, la Vitoria de Eva García Sáenz de Urturi o, más próxima a este ambiente rural, el Valle de Baztán de Dolores Redondo. ¿Pontevedra se merecía una novela como La Puerta?

Manel Loureiro: Por supuesto que si. Es una ciudad medieval, con un casco histórico excepcional y una cantidad de historias y leyendas en cada esquina que resulta abrumador. Tiene piratas, conjuras, asesinatos, conspiraciones y misterios. Esta es mi primera aproximación a ese escenario, pero estoy convencido de que volveré a transitar por él tarde o temprano (sospecho que más temprano que tarde).

G.V.: —No abandono Galicia ni su paisanaje. En esta ocasión quiero preguntarle por un lado por los guiños a la cocina gallega. Junto a las filloas, en un pasaje de La Puerta Ágata le habla a Julián de comer un buen cocido en noviembre y de cómo se preparan los petotes. Coméntenenos esa rica cultura que atesora Galicia y que pone de manifiesto al hablarnos de los pequeños detalles como los culinarios y la forma de ser de las y los gallegos.

Manel Loureiro: —Una buena historia no puede ser solo peripecia y acción, sino que tiene que incluir una completa descripción del escenario, para que el lector lo sienta como un sitio real. En este caso, la cocina es un factor fundamental de ese paisaje, porque su presencia, sus olores y su influencia en la historia era básica. La cocina rural gallega es una maravilla, no descubro nada. Hay restaurantes gallegos repartidos por todo el planeta, con una legión de seguidores. También hay que decir que si con la materia prima que el destino nos regaló a los gallegos, llegamos a hacer una mala cocina, sería para matarnos…

«Una buena historia no puede ser solo peripecia y acción, sino que tiene que incluir una completa descripción del escenario, para que el lector lo sienta como un sitio real». @Manel_Loureiro #LaPuerta @edit_planeta @GinesJVera. Clic para tuitear

G.V.: —Creo haber visto en La Puerta también algún detalle sobre la realidad social, más allá del argumento ficcional de la novela. Me refiero por ejemplo a la llamada de atención, por así decirlo, sobre la España Vaciada. Querría preguntarle por esa cruda despoblación de muchas comarcas españolas y, en este caso, de Galicia y las consecuencias de ese vaciamiento.

Manel Loureiro: —Es una realidad fea y desagradable, pero que no podemos obviar. Hay grandes zonas de España que se están muriendo por la falta de oportunidades y Galicia no es una excepción. Resulta doloroso ver eso y creo que hace falta un plan ambicioso para revertir ese vaciamiento, pero tiene que ser un plan específico, bien dotado económicamente, con objetivos a quince o veinte años vista y un esfuerzo coordinado de las administraciones implicadas: Descuentos fiscales, ayudas y fondos generosos, planes de desarrollo económico, mejora de infraestructuras, de comunicaciones, de refuerzos educativos y sanitarios, de descentralización de servicios. Sinceramente, exige una altura de miras y una generosidad política entre administraciones de distinto color político que tengo mis dudas de que podamos llegar a ver algo así.

G.V.: —Hay dos curiosidades sobre las que me gustaría que nos comentase acerca de Raquel Colina, la protagonista de La Puerta (junto con su hijo Julián). El departamento de la Guardia Civil en el que ha trabajado antes de llegar a Pontevedra y, siendo paisana mía, el hecho de que Raquel sea de Valencia.

Manel Loureiro: —La Unidad Central de Inspección Ocular de la novela es el trasunto del Equipo Central de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil, lo más parecido al CSI que existe en España, pero sin las fanfarrias y licencias de la serie de televisión. Son una gente muy seria, extremadamente profesional y que cuentan con los mejores medios materiales y humanos posibles. Es el sitio perfecto para presentar a Raquel, una mujer cerebral, analítica y que cree en lo que puede ver, medir, pesar y comprender. Por eso nadie entiende su renuncia a ese puesto para pedir un traslado a un destino perdido en lo más profundo de la Galicia rural, lo más opuesto a su unidad de origen. Todo el mundo cree que Raquel está arruinando su carrera, porque no saben su auténtica motivación para hacer algo tan aparentemente irracional. Que Raquel sea además valenciana era fundamental, porque de repente se va a ver envuelta en un lugar que por clima, cultura, aspecto y tradiciones es lo más alejado posible de su Valencia natal, luminosa y llena de energía vital. El choque está así servido…

G.V.: —Una mala hierba vulgar y corriente que crece, según leemos, como mala hierba en cualquier parte del país, también adquiere cierto protagonismo en La Puerta. La llaman «la higuera del infierno». Acaso por ciertas sustancias presentes y que, según leemos también, cualquiera que sepa cómo es y con pocos conocimientos puede obtenerlas. Aprovecho para preguntarle no tanto sobre botánica o la «puerta» que ese pasaje puede abrir en algún lector desaprensivo ávido de sensaciones nuevas. Más bien sobre el poder de la literatura sobre las y los lectores. Al lanzarse a diario literatura de crímenes y con escenas violentas ¿no se contribuye en parte a generar cierto morbo en quien lee? ¿Nos afecta colectiva o individualmente el terror y la violencia que leemos?

Manel Loureiro: —Todo lo contrario, creo que sirve de catarsis y de válvula de escape. Leer sobre crímenes, sobre truculentos asesinatos y conspiraciones aterradoras envueltas en la niebla húmeda de Galicia, como es el caso de La Puerta, por ejemplo, nos ayuda como lectores y como seres humanos— a asomarnos a los abismos negros que se esconden dentro de nosotros y que nos da miedo mirar, pero que a través de una novela nos parecen lo suficientemente seguros. De todas maneras, quién sabe lo que podría pasar por nuestras cabezas. La literatura siempre ha tenido esa función de evocación y de ventana a lugares, momentos y situaciones que de otra manera jamás nos atreveríamos a ver, pero eso no significa, evidentemente, que queramos experimentarlos en persona ni, mucho menos, convertirnos en asesinos.

«La literatura siempre ha tenido esa función de evocación y de ventana a lugares, momentos y situaciones que de otra manera jamás nos atreveríamos a ver». @Manel_Loureiro #LaPuerta @edit_planeta @GinesJVera. Clic para tuitear

G.V.: —Según leemos en los agradecimientos, el origen de La Puerta, del elemento que le da título, además, lo sitúa en una fría y nubosa mañana de invierno de 2005. Visitó con un amigo el monumento megalítico que existe en la realidad en el Monte Seixo. Coméntenos el proceso desde ese feliz encuentro y el decidir escribir esta novela.

Manel Loureiro: —Como suelen hacer casi todas las buenas historias, la mía con La Puerta comenzó por accidente. Era una mañana de noviembre de 2015 cuando  tropecé con la Puerta por casualidad. Estaba haciendo una ruta en ATV con un amigo (procuro escaparme todos los fines de semana a la montaña para descomprimir y liberar la tensión) y, básicamente, nos habíamos perdido. Después de vagar durante más de tres horas por bosques muy densos y cerrados, caminos cortados por árboles medio podridos y rutas sin transitar desde hacía décadas, empezábamos a estar preocupados. Solo nos quedaba medio depósito y además estaba empezando a anochecer. Para colmo, llovía y hacía frío. Y de repente, buscando una ruta hacia casa, acabamos en la cima del Monte Seixo, una cumbre pelada y desolada a medio camino entre Pontevedra y Ourense. Y allí estaba Portalén, la Puerta del Más Allá, en castellano, esa vieja construcción megalítica que no sería más que un montón de viejas piedras con historia…si no fuese por las innumerables ofrendas que se acumulaban a su alrededor. Inmediatamente me di cuenta de que allí había una historia por contar. Lo que no podía sospechar era que aquello acabaría siendo una novela, un thriller, nada menos…

G.V.: —Leemos también que el entorno del Monte Seixo y sus creencias están muriendo. Nos invita a ir a visitarlo, a hablar con las gentes de la zona, con los más mayores. Cuando estos ya no estén, quizá la magia del lugar se apague para siempre. O quizás no. De algún modo, ¿ha querido con La Puerta hacer pervivir esta y otras tradiciones  para que no se pierdan con las nuevas generaciones?

Manel Loureiro: Las leyendas y tradiciones relacionadas con La Puerta son antiquísimas, de muchos siglos de antigüedad. Hoy en día, los últimos custodios de la Puerta languidecen en esas aldeas casi vacías y pronto no quedarán testigos vivos de esa historia… pero visitantes de otros lugares están tomando su relevo. La última vez que estuve en la cima de la montaña me encontré incluso con unas ofrendas escritas en caracteres kanji (japoneses) y monedas de ese país. De alguna manera, el rumor de la existencia de la Puerta se ha ido extendiendo por el mundo. Sus viejos guardianes desaparecerán, pero van a ser sustituidos por otros. Queda por ver si tratarán a ese lugar de la misma manera…

Las leyendas y tradiciones relacionadas con La Puerta son antiquísimas, de muchos siglos de antigüedad. @GinesJVera #entrevista a @Manel_Loureiro, autor de #LaPuerta @edit_planeta. Clic para tuitear

G.V.: —En La Puerta seremos testigos literarios de apariciones, voces incorpóreas, historias de sacrificios y curaciones lejos de la medicina convencional. ¿De alguna manera, al finalizar la lectura de su novela seremos más propensos a aceptar las tradiciones, lo invisible a los ojos, la capacidad del ser humano para creer más allá de lo imaginable?

Manel Loureiro: —Soy muy racional. Por formación y por espíritu tengo una mentalidad cartesiana. Creo en lo que puedo ver, en lo que puede ser explicado mediante el método científico y en todo aquello que tiene un fundamento sólido. Pero al mismo tiempo soy profundamente gallego, por lo que sé que haberlas, haylas. Existe todo un mundo a nuestro alrededor que todavía no podemos explicar, o al menos hay cosas que se mueven por el rabillo de nuestros ojos que aún no entendemos bien. Aunque ya te vale, querer obtener una respuesta clara de un gallego sobre este tema😉

Nuestro compañero @GinesJVera #entrevista a @Manel_Loureiro, autor de #LaPuerta, quien reconoce su mentalidad cartesiana ante lo esotérico, aunque «haberlas, haylas». Clic para tuitear

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Manel Loureiro

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Entrevista de Ginés Vera

UNA MALETA DE LIBROS

Montaje de la portada: David De la Torre

Fotografía de Manel: Ricardo Pérez

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