De muy original cabe calificar este libro-álbum, este visual Trébol en el que sus autoras, las poetas navarras Inma Biurrun, Lola M. Sobreviela y Josune Espartza, han escrito sobre cada hoja. Para el novelista Paul Auster, «la poesía es como tomar fotografías» aunque para el poeta madrileño Jorge Reichmann, «un buen poema no es una fotografía sino una fuente de luz». En cualquier caso, la imagen parece estar siempre detrás de la creación poética. Joaquín Giannuzzi lo tenía claro: «Al poema lo distingue la imagen. El fulgor del lenguaje es la imagen. Que no se da más que en poesía». Me da que Inma, Lola y Josune han coincidido con el gran vate argentino a la hora de hacer brillar el lenguaje de este poemario parido por sus seis manos.

De las introducciones con que cada autora escolta su trabajo en Trébol extraemos atinadas consideraciones tanto sobre poética como sobre esta bellísima pero también complicadísima forma de crear que es el haiku. Para quienes la desconozcan, la significación que el haiku tiene para las tres resultará provechosa a la hora de enfrentarse con su libro, mitad palabra mitad imagen.

Inma Biurrun ha querido destacar que tanto sus fotografías inspiradoras como las 17 sílabas que componen cada haiku reflejan para ella «ese instante motor de una emoción, asombro o fusión», todo desde una actitud de tranquila observación hacia lo que nos rodea; para Inma las características del haiku deben ser la sencillez y concisión, la desnudez del lenguaje, la ausencia de ego y el protagonismo de la naturaleza.

Para Lola M. Sobreviela «la poesía, a través del lenguaje, revela imagen y palabra». Tanto la poesía como la fotografía tratan de captar el instante, la fugacidad de la vida y la fragilidad de las percepciones. La fotografía escribe con luz los versos, unos versos los de Lola en forma de haikus que buscan dar voz a la imagen con palabras.

Llama la atención de Josune Espartza el kire del haiku, «la cesura que se crea entre dos focos de atención», esa pausa generadora de oposiciones y analogías que potencian el pequeño poema. Insiste Josune en el acercamiento del haiku a la naturaleza con su selectiva mirada y en el aware o «sorpresa» –no es otro su objetivo– que las 17 sílabas consiguen extraer de los fenómenos naturales.

Trébol, foto-haikus de las poetas navarras Inma Biurrun, Lola M. Sobreviela y Josune Espartza, un #poemario mitad palabra mitad imagen. Libros Certeza. #Reseña de Manu López Marañón. Clic para tuitear

Trébol, Foto-Haikus a seis manos

Los haikus de Inma Biurrun son 20 y están acompañados con fotografías de Lola M. Sobreviela y Jesús Martorell. Un primer grupo de 7 ([3], [5], [7], [9], [10], [12] y [15]) vendría compuesto por composiciones que encuentran en la naturaleza símbolos de estática inquietud, de silencio opresivo y de soledad cósmica. El revuelo de insectos sobre una barca [3]; esa mata de lana enganchada a una valla [5]; la nieve como manto de silencio [7]; ese camino de madera sobre el que resuenan pasos [9]; otro momento de impenetrable silencio en el campo nevado [10]; el hendido tajo del mar sobre la arena [12]; y la paradoja de que sobre una encina milenaria no se pose un solo pájaro pone broche a estos haikus intranquilos y enigmáticos.

Por el camino

entre luces y sombras.

Se oyen sus pasos.

Otros 7 haikus ([1], [6], [8], [14], [16], [17] y [20]) conforman el segundo grupo. La poeta encuentra en la naturaleza símbolos de resistencia ante la adversidad. El frío rocío aguanta al sol matinal [1]; frente a esa valla encontramos al árbol alzado y libre [6]; la abierta senda a un bosque hace cantar a los pájaros [8]; sobre las tejas de una casa un manojo de siemprevivas obra el milagro de una parcial resurrección [14]; a pesar de la estridencia de los grajos la luz se esfuerza por abrirse paso [16]; junto a un cementerio brota el trigo [17]; y por último la flor, ofreciendo su poderío al brotar de un jardín helado, pone un grito de esperanza.

Vallado el campo.

Hacia lo alto el árbol

desnudo y libre.

Vallado el campo. / Hacia lo alto el árbol / desnudo y libre. #Haiku de Inma Biurrun. Trébol. Foto-Haikus. Clic para tuitear

Los cuatro haikus restantes personifican lo efímero de forma tan sublime como callada ([2], [4], [11] y [19]). El agua siempre renovada del río de Heráclito ofrece su brillo [2]; entre tanto sépalo verde la flor, roja como unos labios, irrumpe provocadoramente [4]; la flor de asagao —tan querida por los japoneses— y que sólo florece con el rocío del verano tiembla ante su fin [11]; y el canto de la urraca aliándose con la sombra de la encina oscurece la tarde del  estío [19].

Se anuncia la tormenta.

Flor de asagao

que mueve el viento.

Los 10 haikus de Lola M. Sobreviela son muy descriptivos. La poeta, autora asimismo de las fotografías, nos presenta 10 imágenes a las que describe utilizando las 17 sílabas. No es intención de Lola forzar un simbolismo más o menos directo. Así, gran parte de sus haikus desconciertan al principio por resultar pormenorizados, como carentes de misterio. Pero una segunda lectura abre su significado, como si la autora hubiera escondido en ellos su secreto para ser descifrada por sus lectores.

Un grupo de 5 haikus ([1], [2], [5], [6], y [8]) ofrece –en bruto– percepciones variadas que al lector toca aquilatar y atemperar: de frío [1], de calor [2], de rumores de mar [5], de atardeceres [6] y olores [8].

Nubes y rocas

confluyen en el mar.

Sal en el aire.

Nubes y rocas / confluyen en el mar. / Sal en el aire. #Haiku de Lola M. Sobreviela. Trébol. Foto-Haikus. Clic para tuitear

Para los restantes ([3], [4], [7], [9], y [10]) reserva Lola apreciaciones de mayor elaboración al incluir –tanto en fotografías como en palabras– motivos etéreos que inducen a (re)crear sensaciones que el lector recibe, si no dadas por la autora, sí sugeridas por ella en marcos bastante delimitados: sensaciones de vida [3], de soledad [4], de esperanza [7], de amenaza [9] e inquietud [10].

Sombra de ramas

que el duro cierzo agita.

Alguien se acerca.

Para llevar a la práctica sus ideas sobre el haiku, Josune Espartza (autora de las fotografías, en las que de nuevo colabora Lola M. Sobreviela) se fija en los cuatro elementos primordiales de la naturaleza —agua, tierra, aire y fuego— que representan las formas en que se expresa la energía. Desde los presocráticos estos elementos tienen efecto sobre nuestro ser y nuestra conciencia, además de describir el amplio espectro que ofrece el planeta Tierra.

El grupo más numeroso de haikus ([2], [3], [6], [7], [8], [18], [19] y [20]) es el acuático. Una flor pasándolas moradas para no ser engullida por la lluvia [2]; el agua del río salpicando las hortensias [3]; el bravo mar haciéndose espuma [6]; la bajamar y sus efímeras huellas [7]; ese falucho abandonado frente al mar creciente [8]; el río sobrevolado por opacas garzas [18]; la manzana destinada a convertirse en sidra [19]; y el mar envasado en una caracola [20].

Vaivén del mar.

Su color en las rocas

se vuelve espuma.

Haikus terrestres conforman el segundo grupo ([4], [5], [10], [16] y [17]). Unos racimos de uva a punto de ser vendimiados [4]; un fresco que muestra el pisado de la uva [5]; el deshojado árbol al que solo le hace compañía la picaraza [10]; el helecho que recuerda a un esqueleto [16]; y una rama alambicada parodiando una cornamenta [17].

Lluvia de ayer.

Entre árboles sin hojas.

La picaraza.

El aire viene representado por un tercer grupo ([1], [9], [11], [12] y [15]). El olor de las flores erotiza a un gato [1]; la gaviota y la luna se rozan [9]; el mirador desgastado por el aire crepuscular [11]; la luna y el granizo azotan una flor [12]; y las golondrinas oponiéndose al reloj parado de un campanario [15].

Reloj parado.

Cruzan el campanario

las golondrinas.

Por último el fuego está representado por un único haiku: el [13], donde el candil de una vela genera un difuso albor.

Hilos de humo.

Junto al farol sin luz

la cerillera.

 

Hilos de humo. /Junto al farol sin luz / la cerillera. #Haiku de Josune Espartza. Trébol. Foto-Haikus. Clic para tuitear

 

 

Trébol. Foto-Haikus. Inma Biurrun, Lola M. Sobreviela, Josune Espartza. Libros Certeza (2019)

 

Trébol. Foto-Haikus

Inma Biurrun, Lola M. Sobreviela, Josune Espartza

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Reseña de Manu López Marañón

Diseño de la portada de la reseña: David de la Torre